6 de julio de 2015

“Debemos regenerar una feminidad auto-construida y auténtica”



CONVERSACIONES CON LA ESCRITORA ESPAÑOLA MARÍA DEL PRADO ESTEBAN DIEZMA 

A pocos días de varias marchas masivas en nuestro país bajo el lema de “Ni una menos”, conversamos con la escritora española María del Prado Esteban Diezma, autora del libro “Feminicidio o auto-construcción de la mujer”. Aquí expone sus controversiales reflexiones producto de arduas investigaciones sobre una problemática que no es nacional sino mundial, y que atañe tanto a las mujeres como a los hombres. 

Por Xuan Pablo Gonzalez 

- En Argentina y en Latinoamérica, lamentablemente, es poco conocida tu interesante obra - y a parte de la cual nos podemos acercar aquí por las redes virtuales - como la investigación, por ejemplo, de los vínculos entre el machismo y la misoginia con el capitalismo liberal – industrial, y del fascismo militarista con la institucionalización del feminismo y la destrucción de la familia. ¿Cómo surgió el  trabajo de investigación de tu libro “Feminicidio o auto-construcción de la mujer”? 

- Las fuentes de las que proviene el libro son múltiples. Hablaré de las que me han movido a mí, pues Félix Rodrigo tendrá las suyas sin duda. De un lado hay un análisis de la situación que indica que la cuestión femenina es un asunto estratégico en la agenda del poder, un tema que trasciende lo parcial y que forma parte de un magno proyecto de ingeniería social e histórica. Muchas de las grandes mutaciones sociales negativas de nuestro tiempo están  asociadas a las políticas de género. Era pues muy necesaria esta reflexión que pretendía trascender los aspectos coyunturales y aclarar algunos de los problemas más fundamentales de nuestro tiempo analizando una de las grandes fracturas que están liquidando la sociedad civil. De otro lado hay, por supuesto, una motivación personal, arraigada en mi propia biografía. Tiene que ver con la necesidad de exponer el conflicto que siempre viví entre mi experiencia personal y las corrientes del sexismo femenino que conocí siendo muy joven. Nunca vi a las mujeres de mi entorno como mujeres sometidas, incapaces, debilitadas, apocadas, calladas o maltratadas lo que chocaba con la narración sobre nuestro pasado que habían elaborado las corrientes feministas. El libro supuso para mí ahondar en ello y entender más profundamente mi propia biografía situándola en el contexto de la historia. Mi esperanza es que el libro ayude a otras mujeres a recuperar su propia memoria y la conexión con sus ancestras pues sin retomar el hilo de la historia que nos permite recoger lo útil y rechazar lo caduco y lo errado no será posible regenerar una feminidad auto-construida y auténtica. 

- Tu trabajo describe que en España y en otros países, las leyes de violencia de género no sólo no resuelven el problema, sino que aumentan la violencia y las víctimas. En Argentina el mes pasado se realizaron masivas marchas bajo el lema “NI UNA MENOS”, apoyadas a pleno por el Estado, dirigido por una mujer presidenta con algunas “simpatías feministas” (y vos advertís justo sobre que “el ascenso de una elite femenina al poder es uno de los elementos esenciales del neopatriarcado”) y pareciera que fuéramos a un endurecimiento de las leyes como en España, ya que cuanto más propaganda mediática hay sobre el tema, más violencia genera, como vos describís. De hecho el gobierno local tenía hasta hace poco como jefe de las fuerzas armadas a Milani, un militar de la última dictadura cívico militar (1976-1983) vinculado a casos de desapariciones forzadas de personas, como ha denunciado Nora Cortiñas de Madres de Plaza de Mayo, que aún busca a su hijo desaparecido. También apoyó a la marcha Sergio Berni, secretario de Seguridad, que es otro “militar retirado de viejas simpatías carapintadas” golpistas*, y siempre con discursos xenofóbicos. La marcha fue apoyada en definitiva por el actual aparato estatal kirchnerista, que según las investigaciones de CORREPI, y como denuncia otra lúcida mujer, la abogada María del Carmen Verdú, es el más represor de los últimos años democráticos: “En Argentina se muere un pibe al día por el gatillo fácil o la tortura”, a manos de las fuerzas armadas gubernamentales. Es decir que el Estado actual es responsable del asesinato diario de un hombre por día (que es más alta que la cifra de mujeres asesinadas por día, en este país, si vamos al absurdo caso de poner las estadísticas en un tema de género), cuando se supone es garantía de protección de su población. También hubo en la marcha políticos de extrema derecha como Macri, actual gobernador de la ciudad de Buenos Aires y candidato a presidente, procesado por varias represiones y desalojos de viviendas “pobres”, centros culturales independientes; y más políticos de la derecha y de la izquierda; y representantes del Papa (que ahora es argentino y el orgullo nacional, como Messi, ¿viste?) y la Iglesia (judeo-cristiana) que siempre, desde hace más de dos mil años y los santos de La Biblia, fue rabiosamente machista y misógina. ¿Cómo surgió el tema de la ley de violencia de género en España, que vos ves que inferioriza aún más a la mujer? ¿Hay alguna similitud con esto que te cuento, con lo que pasó allá?

*(cita de la Editorial de la Revista Sudestada, año 14 Nro 132, Septiembre 2014)  

- El Estado español ha sido un laboratorio en cuanto a las políticas de violencia de género igual que lo fue anteriormente en los procesos de cambio desde el régimen militar al parlamentario. Del mismo modo que “la Transición” española se exportó a muchos lugares del planeta hoy vuelve a suceder con esta ley que se está usando para desmontar lo que queda de vida horizontal o no mediada por las instituciones. Detrás de estos protocolos están todas las instituciones del Estado, los partidos políticos sean del color que sean, la izquierda, la derecha, la democracia cristiana, la iglesia y por supuesto el Ejército. La Ley Integral contra la Violencia de Género (LIVG) se votó por unanimidad en el parlamento español, un parlamento mayoritariamente masculino. Y no solo es el estamento político, también las instituciones económicas, por ejemplo varias de las grandes empresas del IBEX 35  tienen un convenio con el Ministerio de Igualdad para financiar programas de “sensibilización” y contratar especialmente mujeres que hayan denunciado malos tratos. No me resulta extraño ni chocante la colaboración de personajes siniestros como los que mencionas, la guerra civil entre iguales es el sueño de todos los regímenes totalitarios porque justifica el terror del Estado, la ley de violencia de género española es una ley de excepción  extraordinariamente represiva con el pueblo, yo la he comparado con la Ley de Orden Público del franquismo pues, al igual que aquella, ha creado penas excepcionales y tribunales especiales. Es muy revelador que esta ley se haya ensayado en un territorio, el nuestro, que tiene uno de los índices de violencia sobre las mujeres más bajos del mundo, desde luego mucho más bajos que los de los países del norte de Europa, los ricos e instruidos finlandeses, por ejemplo, tienen una proporción de muertas a manos de sus parejas que triplica la de España, creo que ese es el motivo por el que no necesitan tener una ley como esta cuyo objetivo oculto es crear la violencia, maximizar el miedo y la desconfianza entre las mujeres y los hombres, liquidar el amor y el Eros. El Estado español es uno de los más represivos de su entorno, sucede que  teniendo el índice de delincuencia más bajo de la Europa occidental ostenta uno de los porcentajes de  población reclusa más altos, la LIVG ha venido a incrementar el número de presos pues más de un 10% internos en las cárceles corresponde a varones acusados de violencia de género que en una gran parte cumplen condena por delitos que, de ser tipificados por el Código Penal no conllevarían penas de prisión. 

- ¿Cómo ves que la Iglesia pueda sobrevivir tanto tiempo y hacerse creíble con un discurso sobre la libertad de la mujer, cuando “el mentiroso, el embustero, y el  sacerdote impío”* Saulo de Tarso, conocido como San Pablo, manda a las mujeres a callar y que “deben estar sometidas a sus maridos, como dice la ley” (Corintios 14.33)? ¿O sea que la ley de violencia de género contradice la Ley de Dios que aparece en La Biblia, y en países católicos, no? ¿El Estado capitalista está por encima de Dios, o se volvió Dios? O ¿Cómo lo ves? 

(*citas de El Anticristo de Friedrich Nietzsche, y de Robert Eisenman)

- En realidad esto es más complejo. En “Feminicidio o auto-construcción de la mujer” dedicamos un capítulo al estudio del cristianismo primitivo como fundamento de las sociedades libres y no patriarcales del medievo hispano. El estudio de los hechos muestra que la Iglesia católica es la continuadora de Roma, de la estatolatría y el patriarcado, no del cristianismo. El gran problema de la Iglesia ha sido no poderse arrancar completamente un cristianismo residual. La famosas citas de la carta de Pablo a los romanos y la de la carta a los Corintios son, con bastante certeza, interpolaciones posteriores a la reforma constantiniana. La exhortación a las mujeres a obedecer a los esposos va unida a otras como someterse todos a las autoridades constituidas y los esclavos a los amos. Si Pablo hubiera sido realmente tan amante de la Roma de Nerón no podría explicarse su ejecución en el año 58. Los cristianos de la época de Pablo rechazaban el Estado romano, se negaban a enrolarse en el ejército, repudiaban sus tribunales, consideraban ilegítimas sus leyes y tenían por perversa su noción de propiedad privada. Su cosmovisión se basaba en cinco ideas primarias: 1) amor de unos a otros, 2) asambleas, 3) propiedad colectiva, 4) igualdad de todos los seres humanos, sin distinción entre hombres y mujeres ni entre libres y esclavos ni entre romanos y no romanos, 5) vida autoorganizada, por tanto, sin ente estatal. Esas son las condiciones que permiten la superación del patriarcado, ninguna de ellas tiene cabida en la Iglesia actual aunque fuera de la jerarquía puedan existir individualidades que conserven valores cristianos. Hay que entender la influencia de la Iglesia católica como resultado de su pertenencia a las instituciones del poder estatal, es esa condición lo que define su esencia no el cristianismo que permanece como una cáscara vacía dentro de ella. 

(FIN DE LA PRIMERA PARTE) 

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