1 de noviembre de 2001

Nuevo gerente se busca

SITUACIÓN POLÍTICA DESPUÉS DE LAS ELECCIONES EN LA ARGENTINA

Las recientes elecciones, donde el principal ganador fue el candidato “Bronca”, terminaron de deslegitimar a un gobierno que, como tantos otros, engañó a sus otrora votantes De la Rúa puede perder, en cualquier momento, su sillón de gerente. Si el pueblo, con mucha razón, ya no les cree a los políticos, y si la crisis es más que terminal, ¿cómo se saldrá de semejante atolladero?

Por Marcelo R. Pereyra


Tal como se preveía, los resultados del pasado 14 de octubre explicitaron que la bronca, la apatía y el desencanto se adueñaron, casi por completo, del electorado argentino. El fracaso de la Alianza UCR-FREPASO como herramienta política del cambio es más que evidente, lo mismo que la tremenda pérdida de votos que sufrió el justicialismo. Es asimismo destacable el pobre resultado que sacó el ARI, en relación a las grandes expectativas que se habían creado en torno a la figura de su líder, Elisa Carrió.

El pueblo argentino ha terminado de advertir que Fernando De la Rúa es un gerente más de un modelo neoliberal que parece eternizarse. Usando hábilmente la bandera de la transparencia, la Alianza había logrado el favor de un pueblo que estaba cansado de diez años de corrupción menemista. A poco de andar, el gobierno de De la Rúa demostró, con los sobornos en el Senado y con el meganegociado del megacanje, que es tan corrupto como cualquiera. Y además demostró que no vino a resolver problemas, sino a empeorarlos. El Presidente ha dado pruebas suficientes de no ser un inútil o un dormido, sino todo lo contrario: en muy poco tiempo, cumpliendo acabadamente su rol gerencial, ha llevado a la Argentina a la peor de sus crisis, al tiempo que ha favorecido, con creces, a todos los especuladores financieros de adentro y de afuera.

La instancia política que se ha abierto, con miras a las elecciones presidenciales de 2003, es tan grave como interesante: ¿Podrá De la Rúa terminar con su mandato? ¿Si no fuera así, quién está en condiciones de reemplazarlo? Es más, ¿quién querría reemplazarlo? ¿Consolidará Elisa Carrió su liderazgo? ¿Crecerá más la izquierda? Y lo que es más importante: ¿hasta cuándo soportará el pueblo mansamente esta situación de hambre, desocupación, angustia y desesperanza?

Falta envido y truco

Más que un juego, una costumbre

Luego de un nuevo octubre eleccionario, donde la desesperanza y el escepticismo parecen haber sido los candidatos mejor posicionados, una mirada introspectiva hacia las costumbres argentinas puede darnos los por qué de semejante resultado. Más allá de ideologías políticas o de medidas económicas, la raíz de la problemática nacional podemos encontrarla en aspectos culturales y educacionales con los que nos hemos formado como sociedad.

por Javier Cacio


“Qué ves? Qué ves cuando me ves? Cuando la mentira es la verdad...”, versa alguna estrofa comprometida del rock nacional, y tal vez sirva como puntapié para poder interpretar la realidad de nuestra sociedad.

Evidentemente las elecciones legislativas del pasado 14 de octubre constituyen una excelente medida para indagar sobre la correspondencia que necesariamente debe existir entre lo que se dice y lo que se hace. Esto es, dentro del ámbito político, entre los discursos de los candidatos, donde lo que abundan son réplicas para con los gobernantes de turno y promesas de todo lo que se llevará a cabo, y lo que finalmente se concreta en realidad.

Sería muy osado, y tal vez demasiado atrevido afirmar que estos discursos electoralistas están constituidos en su totalidad por MENTIRAS. Pero bien, para no salir del cauce del respeto, podemos reemplazar “totalidad” por “mayoría.” Lo que resulta bastante complicado es encontrar algún concepto para suplantar la palabra “MENTIRAS...”

En definitiva, sin entrar en la especificidad de los números, las últimas elecciones han dejado al descubierto una clara protesta por parte de la población a través del mediatizado “voto bronca” respecto de las mentiras con que los candidatos políticos se abren camino en pos de ejercer su vocación de brindar servicio a la gente y de luchar por y para los más necesitados...

Más allá de la ironía, la inestabilidad emocional con que los argentinos transitamos este nuevo milenio, impacta a la hora de ejercer nuestro derecho civil, y más de una pregunta resonga de nuestras gargantas: ¿Es que no existe ningún candidato capaz de asumir una campaña de manera sincera y realista con proyectos concretos? ¿ O es que en política lo que menos importa es la puesta en práctica de lo que se promete en las plataformas? ¿Acaso no es una verdad a las claras que los funcionarios gubernamentales argentinos cuentan con privilegios económicos totalmente disparatados con relación a la realidad que atraviesa el país, reflejada en la calidad de vida de la población? ¿Acaso no es verdad que las remuneraciones políticas, sus jubilaciones, sus gastos reservados, sus facultades para nombrar a una conglomeración de asistentes, ayudantes, secretarios, etcétera, constituyen una inmoralidad en una realidad donde se recortan los salarios de los empleados públicos como argumento para palear el déficit fiscal, dentro de un plan económico que ha quedado sin brújula? . Tal vez no sea que la brújula esté perdida, sino que contrariamente, sólo indica hacia un sólo lado: el “norte...”

Claro está, esta idea de las MENTIRAS, tan ancestral desde la época en que Adán engañaba a Eva, no es exclusivo de un grupo de personas con aptitudes a funcionarios públicos en campaña electoral, y mucho menos de nuestro bendito país. Pero, después de todo: ¿Para qué tenemos esta democracia que tanto nos costó?, diría algún personaje de edad mayor, de sexo femenino, con nombre de una flor... Bueno, pues estamos bajo un sistema democrático no sólo para expresar nuestras ideas libremente y sin ningún tipo de censuras. También tenemos derecho a elegir a quienes se postulan como los más aptos, capaces y comprometidos para representarnos y responder a nuestras necesidades y demandas de ciudadanos.

Lamentablemente la sensación reinante es que nuestro derecho poco y nada importa, quedando sólo la obligación de un voto estéril. Pero obviamente hoy no es 28 de diciembre y la inocencia no está muy cotizada. Nadie pretende escuchar de un candidato: “Vótenme a mí porque soy simpático, por más que el país esté cada vez peor y no tenga arreglo”, pero no por eso debemos soportar puñados de mentiras en donde se embanderan ilusiones, tales como la creación de miles de puestos de trabajos, más presupuesto para los sectores de salud y educación, mayor asistencialismo a los más necesitados, más beneficios a los jubilados, cuando luego en la realidad todas estas cuestiones, no sólo se dejan de lado, sino que a la hora de simplificar gastos, los sectores sociales son los más castigados, sufriendo recortes permanentes.

Darse cuenta de todo esto no es para nada dificultoso, pero inevitablemente el tiempo transcurre y la precariedad aumenta en todos los niveles. La desazón de las generaciones de individuos, tanto las mayores como las más jóvenes es alarmante. Tan alarmante que lo que se está generando simbólicamente es una gran deuda interna para con todos los ciudadanos de parte de los funcionarios, y de seguir así se llegará a un punto en que, quizá la otra deuda, la externa, sea superada por la deuda interna, lo que traería aparejado toda una sensación de desesperanza y descreimiento, mezclados de una extrema impunidad. El gran riesgo que hay detrás de esta puesta en escena es que pueda tambalear esa democracia que anteriormente se citaba en boca de Doña Rosa...

Ahora bien, el quiebre en todo lo señalado hasta aquí radica en un reconocimiento de ciertas conductas “improcedentes”, como es el hecho de enarbolar una idiosincrasia de vida a partir de mentiras, de transgresiones permanentes de las normas establecidas, de un cada vez mayor desinterés hacia el otro, y de una falta de ética, fundamentalmente de quienes les ha sido delegado el mandato de gobernar, pero que de ninguna manera les merece absoluta exclusividad. Es decir, y aquí hemos llegado a la punta del ovillo, los argentinos como nación, como sociedad, y primordialmente como pueblo, a través de los años, hemos acuñado y llevado como una marca registrada esa "viveza criolla" que supimos acrecentar para distinguirnos de otros pueblos. Lamentablemente cargamos con una fama que poco nos ha favorecido.

La mentira, la transgresión de normas, el desinterés hacia el otro, la pérdida del respeto, el abuso de las libertades, forman parte de una cultura que, como sucede en las películas, en manos de “el mal”, puede ocasionar daños como los que vemos día a día en nuestro andar cotidiano, en un país cada vez más estancado y paralizado. Claro, citando en esta oportunidad a un famoso conductor de televisión: “como todo tiene que ver con todo”, sin una política que invierta dinero en educación, estas cuestiones básicas y necesarias nunca van a poder ser aprendidas y consolidadas para manejarnos en todos los órdenes de la vida.

No es pretensión afirmar que absolutamente todos los políticos son mentirosos y corruptos, sino que es en el ámbito de la política donde se capitalizan las conductas de las personas que sí poseen estas características, que traen consigo como producto de una formación personal y que bien podrían ser canalizadas en otras profesiones. ¿O acaso no existe la mentira, el engaño y la corrupción en ámbitos empresariales privados, en los clubes de fútbol, en los medios de comunicación, donde a la hora de sacar provecho de un golpe de efecto, vale la publicación de cualquier noticia, sea verdad o no? ¿O acaso los argentinos no festejamos con una sonrisa socarrona cuando algún jugador del seleccionado nacional de fútbol hace un gol con la mano? ¿O acaso cuando se forma una larga fila a la entrada de algún recital de música, no buscamos siempre la manera de evitar la demora y tratamos por todos los medios de adelantarnos, sin respetar a quien se encuentra primero? ¿O es que en determinados lugares donde se prohibe fumar, no se observa a quienes encienden sus cigarrillos sin importarles esto...? La lista podría ser inagotable y abrumadora, pero son ejemplos de acciones sencillas y cotidianas que experimentamos y que simplemente marcan una manera de ser “muy argentina” como consecuencia de lo anteriormente apuntado: una falla en la educación e instrucción.

Es de esperar que de aquí a algunos años se pueda revertir la precariedad asistencial de todos los sectores sociales, principalmente de la educación, que a muchas generaciones nos toca vivir. A pesar de las crisis dirigenciales, de la falta de consenso político, los ciudadanos comunes, en definitiva, quienes conformamos la población de este país, no podemos dejar de bregar y exigir a quienes nos gobiernan, ya sea a través de protestas o manifestaciones, la aplicación de políticas que impulsen y reviertan esta compleja situación coyuntural. Hay un viejo dicho que promulga: “ la esperanza es lo último que se pierde”, y este es el espíritu con que se ha escrito la presente. Más allá de la interpretación ácida y crítica de la realidad, el deseo sigue latente. Como en una partida de truco, cuando las cartas no son buenas, en este caso, antes que mentir y seguir jugando, preferible barajar y dar de nuevo...

Ni bushistas, ni ladenistas, pacifistas

LA GUERRA EEUU-AFGANISTAN Y LAS FALSAS OPCIONES

¿Quién dijo que inexorablemente hay que alinearse con el terrorista George Bush o con el terrorista Osama bin Laden? Antes que nada hay que alinearse con la paz. La guerra sólo trae horror para los que la sufren directamente y dinero para los que venden armas, tanto en uno como en el otro bando.

Por Marcelo R. Pereyra


Bush nos advierte: “O están con nosotros, o están con el terrorismo”. Bin Laden nos amenaza: ”Esta es una guerra de infieles contra creyentes”. Pues bien, habemos algunos que no queremos estar con ellos ni con el terrorismo, y que no necesariamente somos infieles o creyentes. Habemos algunos que rechazamos las falsas opciones dicotómicas y excluyentes, porque nuestra verdadera opción es, siempre, la paz.

Además, habemos quienes, coincidiendo con el pensador estadounidense Noam Chomsky, calificamos al gobierno de Washington de terrorista mundial número uno. Por que es como el grandote prepotente del barrio que siempre nos pegaba sin motivo, que nos tiraba lejos la pelota porque sí. Claro que el símil no es del todo correcto por que este grandote cada vez que le pega a alguno es por un único motivo: hacer dinero y más dinero.

Y habemos algunos que no estamos con Bin Laden porque desconfiamos de quien ya trabajó para la CIA, de quien instrumenta políticamente una religión pacifista como el Islam. Por que nos preguntamos qué ha hecho por un pueblo como el afgano, que tiene un ingreso anual per cápita de 220 dólares, y una tasa de mortalidad del 22%.

Habemos algunos que creemos que en el fondo esta no es una guerra por la libertad ni por el Islam. Que ni al multimillonario petrolero tejano Bush le importan sus 7.000 muertos, ni al multimillonario petrolero saudí Bin Laden el atraso y la miseria que hay en Afganistán, por que en realidad ambos se están peleando por otra cosa: por el petróleo, es decir por el dinero. Esto es lo que siempre ha estado en el trasfondo de los eternos conflictos en Medio Oriente y en Asia Central. Todo lo demás es estrategia política hipócrita y mentirosa de ambos bandos.

La paz exige que Estados Unidos se retire de las zonas en conflicto y que auspicie acuerdos justos entre los países enfrentados. Israel, por supuesto, tiene derecho a un territorio seguro, como también lo tiene Palestina, lo cual debería ser garantizado por unas Naciones Unidas independientes de los manejos de Washington. El fanatismo musulmán, por su parte, debería entender que el terrorismo es el camino hacia el fracaso, tal como lo atestiguan la escasa adhesión a su causa que ha logrado la ETA, y el reciente abandono de la lucha armada por parte del IRA.

Sí, es cierto: habemos algunos que somos soñadores, pero, como dijo Jhon Lennon, no somos los únicos.

Señal de ajuste

EL PODER DE LOS MEDIOS MASIVOS DE DIFUSIÓN

Lo peligroso de la ”realidad” que se construye en los medios masivos de difusión es que la distribuyen al resto de la población como el manual de la vida diaria sobre lo que pasa en el mundo, sobre lo que está bien y sobre lo que está mal que suceda.

por Hernán L. Giardini


El desarrollo del sistema capitalista es también, en gran medida, el desarrollo de la tecnología y del progreso técnico. El avance tecnológico y la adquisición de nuevas técnicas produce una aceleración del proceso de producción de los bienes materiales, y con ello del excedente adquirido de la explotación a partir del trabajo no pago.

La tecnología también ha llevado a que las comunicaciones sean cada vez más eficaces y de cada vez mayor alcance. Alcance por supuesto desigual, porque quienes no poseen los medios de producción mediáticos (permítaseme el término) viven la “realidad” en condiciones diferentes de quienes los poseen. Puesto que hoy lo que sucede, sucede en tanto que sucede en los medios, es que la
”realidad” se construye en los medios que la distribuyen al resto de la población como el manual de la vida diaria sobre lo que pasa en el mundo, sobre lo que está bien y sobre lo que está mal que suceda.

Y el público no sólo recibe de buen agrado toda lo que les llega de los medios, sino que se agolpa como corderos de un rebaño sediento de información a todos los que puede y en casi todo momento: desayuna mirando televisión o leyendo el diario, escucha la radio mientras va a trabajar e incluso en el trabajo, usa la internet, llega a su casa saluda a su familia y prende el televisor para dormirse en su sillón especialmente acomodado para ver televisión. La familia está desestructurada, el televisor está en el living, en el comedor, en la pieza, en el bar, se ve televisión individual o grupalmente. La vida de cada vez más personas gira a través de los medios y su influencia en sus conductas es cada vez mayor.

Pero he aquí el peligro: los medios masivos de difusión esconden su ideología presentándose a la sociedad bajo la bandera de la objetividad que la misma sociedad no sólo les compra sino les impone. Así, cualquier medio que no se quita la careta de objetividad y se presenta como opinión subjetiva de lo que sucede pierde credibilidad; cuando, sin dudas debería ganarla porque permitiría a los sujetos interpelar al medio, desconfiar del mensaje y sacar sus propias conclusiones y no las del medio “objetivo” que, como la ideología que lleva inevitablemente impregnada, presenta a sus propias ideas como las ideas de toda la sociedad.


Algunas características de los medios masivos de difusión:

· El elevado costo que implica la realización o construcción de un medio de difusión atenta contra la competencia, limitando aquellos que no poseen importantes sumas de dinero a participar en el sistema de medios.

· La propiedad de los medios de difusión privados ha pasado a manos de grandes empresas instaladas en el mercado que restringen el pensamiento crítico. Las grandes corporaciones vieron el poder que los medios ejercen sobre la sociedad y apuntaron los cañones allí comprando y creando nuevos medios para asegurarse que la industria de la conciencia no sólo no atente contra sus intereses sino que los favorezca.

· La concentración monopólica de los medios atenta contra los medios pequeños que tienden a no ser escuchados, a ser absorbidos, y en última (o primera) instancia, a desaparecer. Los pequeños medios de difusión pelean por la audiencia con los grandes medios en una gran desigualdad de condiciones; su alcance mínimo hace que su influencia también sea mínima.

· Los medios de difusión tienden a representar en demasía los intereses ideológicos y los intereses de los ricos porque éstos disponen de más poder como consumidores que los pobres y pueden gastar mucho más dinero que éstos en los servicios adicionales que ofrecen.

· La publicidad constituye la mayor fuente de financiación para los medios de difusión de masas. Esto genera presiones para evitar el enojo de los anunciantes, a sus productos y a sus programas políticos.

· Los conflictos de intereses existentes entre los trabajadores y los jefes quedan sepultados al centrarse en el mundo del consumo que los iguala a la categoría de consumidores.

· La estética de los medios promueve una visión de mundo centrada en el individuo y tienden a enmarcar las soluciones a los problemas siempre desde una moral individual, antes que en términos de acciones colectivas.

· Las elites tradicionales tienden a disponer de un acceso privilegiado a las instituciones (y con ello al poder) del Estado, y utilizan este hecho para controlar o ejercer su influencia sobre los medios.

· Las noticias que recibimos están establecidas por los medios que utilizan los periodistas a la hora de reunir las noticias, por las fuentes que utilizan y por las exigencias de las instituciones en las que trabajan.

· El argumento de que los medios de difusión son instituciones autónomas, controladas sólo por el público es una falacia porque en realidad los medios son controlados por empresas corporativas de mercado que les permiten, al mismo tiempo, controlar al público. Los medios de difusión operan en nombre de la estructura de poder de la sociedad intentando dominar a al audiencia.

· Los medios de difusión funcionan como organismos de mistificación, torciendo la realidad y creando una falsa conciencia de las relaciones sociales que fomentan el consenso para el orden social; porque favorecen el punto de vista de ese orden como algo “natural e inevitable”.

· El conflicto de las clases sociales se oculta a menudo a través de un proceso significativo de segmentación, de reproducción y unión de entidades sociales alrededor del imaginario de “unidad”. Los medios fomentan la desunión de los grupos subordinados al hacer parecer las protestas como algo injustificable y amenazador que trae consecuencias negativas para el resto de la sociedad: “esto le hace mal al país”.

· Los medios de difusión no sólo nos ayudan a conocer el mundo y a saber más de lo que sucede, sino que también nos ayudan a darle un significado estructurando nuestra comprensión: el sistema dominante de ideas y representaciones transmitido por los medios de difusión nos brinda las significaciones a través de las cuales las personas vivimos una relación imaginaria con respecto a las verdaderas condiciones de nuestra existencia.

“No cabe duda de que San Martín fue un agente inglés”

ENTREVISTA CON JUAN BAUTISTA SEJEAN

El autor de San Martín y la tercera invasión inglesa repasa los motivos que llevaron al padre de la patria a independizarnos de España. Contracultural lo entrevistó para conocer y discutir las repercusiones de su libro.

por Hernán L. Giardini


Pocos recuerdan que Juan Bautista Sejean en 1986 suscitó fuertes debates cuando introdujo el divorcio vincular en la Argentina a través de una demanda judicial que la Corte Suprema de Justicia de la Nación acogió favorablemente. Ahora, en San Martín y la tercera invasión inglesa, sorprende al abordar otra cuestión conflictiva: ¿fue San Martín el jefe de una tercera invasión inglesa, oculta, maquillada?.

El autor, aunque siendo abogado y no historiador, contradice todo lo que se ha escrito sobre el prócer acerca de los motivos que llevaron al ¿padre de la patria? a incursionar en la guerra contra los españoles en América, poniendo en evidencia la política desplegada por Gran Bretaña desde fines del siglo XVIII para obtener la dominación económica de América del Sur.

Sejean intenta demostrar que después de las frustradas invasiones de 1806 y 1807 los ingleses cambiaron su estrategia de conquista, poniendo en cabeza de San Martín la responsabilidad de llevar adelante los planes que no pudieron concretar antes.


¿Está de moda escribir sobre San Martín?

Mi libro es de Julio de 1997 y curiosamente desde esa fecha aparecieron seis nuevos libros con seis nuevas causas por las cuales supuestamente San Martín vino a la Argentina. Realmente ya no saben cómo argumentar por qué vino acá; evidentemente no pudo hacerse patriota de repente si a los cinco años tuvo que abandonar el país. Lo más lógico es que fue enviado por los ingleses, y es indudable que vino con ellos. No cabe duda de que fue un agente inglés.

¿Cree que los historiadores no se dieron cuenta de esto?

No, yo creo que sí se dan cuenta, lo que pasa es que creo que mi postura es muy incómoda. Imaginemos que a partir de ahora, aunque ni yo estoy dispuesto a eso, habría que cambiar nombres de calles y escuelas, quitar monumentos...sería un proceso muy largo.

¿Cree que el hecho de no ser historiador influyó para que su libro haya tenido poca repercusión en los medios?

Y... un poco sí. Lamentablemente a veces es importante quién dice las cosas para que le presten atención.

A mi lo que me da bronca es que todos se creen dueños de la verdad. La historia oficial parece un dogma inamovible.

¿Eso no le parece peligroso?

A mi lo que me fastidia profundamente es que nos tomen por estúpidos; porque para tomar decisiones correctas uno tiene que conocer la historia de su país. Si uno cree en la novelita de la historia oficial evidentemente las decisiones que vamos a tomar con respecto a Estados Unidos, Inglaterra, o los factores de poder del mundo van estar equivocadas.

¿Por qué?

La política internacional de los ingleses siempre fue muy clara: dónde no podían conquistar por la vía militar directa, dividían las aguas para provecho propio. Y acá hicieron lo mismo.

Creer que los ingleses o los norteamericanos nos van a ayudar porque son buenas personas o creer que los ingleses nos ayudaron a liberarnos de los españoles también porque son buenas personas es tan estúpido como pensar que el lobo le está haciendo un favor a la oveja cuando se la come.

¿Y entonces?

Lo importante es la integración con los países vecinos, pero una integración no sólo económica, como planteaba Bolívar: la unidad latinoamericana. Si tenemos la misma religión, hablamos la misma lengua, comemos lo mismo...

Bolívar era un tipo brillante, era un visionario; lo que pasa es que nadaba contra la corriente. Pero San Martín vino con una misión, él era un gran militar que lo mandaron acá, cumplió el contrato y se fue.

Una apuesta por el cambio

RED GLOBAL DEL TRUEQUE

Ya son un millón las personas que participan activamente en los 1200 clubes o nodos de un sistema que crece a pasos agigantados y que mueve unos 1000 millones de pesos al año: el trueque.

por Hernán L. Giardini


Todo comenzó en 1995, cuando el psicólogo Carlos De Sanzo, el químico Horacio Covas y el bibliotecario Rubén Ravela buscaron darle una salida a la crisis creando un club de trueque. La primera reunión se llevó a cabo en el garage de la casa de De Sanzo, en Bernal, con 23 invitados.

La iniciativa se fue perfeccionando y en 1997 se realizó la Primera Jornada del Trueque Multirrecíproco, donde mas de mil personas participaron del encuentro en el Centro Cultural General San Martín. Desde ese momento hasta ahora el trueque tiene un constante crecimiento: hoy se estima que se abren unos 200 clubes por mes.

La Red Global del Trueque crece día a día y ya son 250 mil los “prosumidores” (productores y consumidores) que intercambian mercaderías o servicios en los 1200 clubes o nodos de toda la Argentina.

“En parte, el crecimiento del trueque se debe a la situación socio – económica. Pero fundamentalmente por la incapacidad del modelo de darles a todos la posibilidad de producir y consumir”, opina De Sanzo, uno de los fundadores.

Si se suman los familiares de los “prosumidores”, son alrededor de un millón las personas que intervienen en el sistema, que mueve unos 1000 millones de pesos al año.

El sistema es bastante fácil: una persona se acerca al club y ofrece su producto o servicio, por el que recibirá una cantidad de “creditos” (la moneda del trueque) que le servirán para cambiarlos por otro producto o servicio de la red. El lema de la red es primero producir para después consumir.

Para empezar hay que tener un servicio o mercancía para ofrecer (está permitido todo, menos droga y prostitución). Luego hay que inscribirse en el club más cercano y asistir a ocho reuniones informativas obligatorias en las que se enseñan las leyes del trueque y se reciben 50 créditos para empezar a usar el sistema.

Cada “prosumidor” fija el valor se su producto o servicio (teniendo en cuenta que un crédito es igual a un peso), aunque si éste es demasiado alto los coordinadores pueden llamarle la atención.

Según estadísticas propias de la red, el 62 % de lo que se cambia son alimentos elaborados; el 16 % es indumentaria; el 11 % artesanías y el 10 % servicios profesionales (dentistas, fleteros, maestros, psicólogos, etc). El 1% restante corresponde a operaciones inmobiliarias y a construcción de viviendas.


Dónde están

CAPITAL DEDERAL

- Nodo Obelisco: Pringles 947. Tel. 4815-6874.

- Nodo Constitución: Santiago del Estero 1024. Tel. 4813-3066.


GRAN BUENOS AIRES

- SUR: Nodo La Bernalesa (Quilmes): Rodolfo López y Calchaquí. Tel. 4252-1256.

- NORTE: Nodo Carapachay: Cajaraville 3725. Tel. 4763-7298.

- OESTE: Nodo San Justo: Mercado Social de La Matanza. Tel. 4757-5791.

1 de octubre de 2001

El burro y la zanahoria

DEUDA EXTERNA

¿Cómo se generó la impresionante deuda externa de los países del Sur?, ¿Quiénes son los responsables?, ¿Qué consecuencias trae pagar los intereses?, ¿Cómo salir de la trampa de la deuda?

por Hernán Leonardo Giardini


La historia de la deuda externa de los países del Sur (África y América Latina) está estrechamente ligada a la del petróleo. En 1973 el precio de éste se cuadruplicó y de pronto los jeques árabes se encontraron con grandes cantidades de dinero que depositaron en los bancos del Norte (Norteamérica y Europa) que ahora disponían de mucho capital para ofrecer créditos a los países del Sur y así aumentar sus ganancias.

La oferta de dinero por parte de los bancos del norte duró diez años. Así, los gobiernos del Sur pidieron un crédito tras otro añadiendo deuda a la deuda.

Pero, ¿para qué querían tanto dinero? Por un lado, los menos, para encaminarse hacia el proceso de desarrollo industrial. Por el otro, los más, para obtener ventajas personales, sea financiando la balanza pública permanentemente en déficit por la gestión deshonesta, sea comprando armas, sea robando.

En efecto, buena parta del dinero prestado acabó directamente en los bolsillos de los gobernantes o de los empresarios; o mejor aún, en las cuentas bancarias en el extranjero abiertas en los mismo bancos que concedían los créditos.

Pero el crédito tiene dos caras: una de fiesta en el momento en que se recibe el dinero, y otra de luto, cuando hay que devolverlo. Los gobiernos del Sur empezaron a retrasarse con los pagos y entraron en la trampa mortal de la deuda que se alimenta a sí misma. De hecho cada vez que no se paga la cuota de amortización, el monto total de la deuda aumenta, provocando un posterior aumento de los intereses, en una espiral sin final.

Una vía que pueden invocar los países del Sur para salir de la trampa de la deuda es negarse a pagar (resulta evidente que la deuda es impagable y que tarde o temprano lo tendrán que hacer). Pero esta opción sólo es posible si se alían entre ellos y hacen causa común ante los acreedores. Quien pretendiese hacerlo por su cuenta estaría condenado al aislamiento comercial. Por desgracia los países del Sur no están unidos y se arrodillan ante los acreedores para pedir postergaciones del pago y nuevos créditos para mantenerse a flote: lo que comúnmente se llama “renegociar la deuda”.

Y el Norte está interesado en hacer concesiones porque si quiere seguir recibiendo dinero tiene que mantener con vida al deudor. Pero para asegurarse que recibirá su dinero, exige a los países deudores que firmen una declaración de intenciones, preparada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), con la cual prometen reorganizar su economía en torno al pago de la deuda, recortando el gasto público (salud, educación, justicia), bajando salarios, privatizando empresas, aumentando impuestos indirectos (al consumo: IVA), etc.

Los efectos de estos recortes son desastrosos: reaparecen enfermedades como la malaria, el tifus y el cólera, porque han disminuido o se han suprimido los servicios de salud pública y de medicina preventiva. Sube el analfabetismo porque se han suprimido servicios escolares básicos, aumenta el hambre porque se han suprimido ayudas del gobierno para sostener el precio de los alimentos básicos, y aumentas la represión para sofocar las revueltas populares.

En muchos casos la disminución de salarios y de inversiones y el recorte de gastos públicos no significan sólo empobrecimiento sino muerte. UNICEF afirma que la deuda, con sus políticas de ajuste estructural, provoca cada año la muerte de 500.000 niños.


El caso argentino

A fines de 1975 cada habitante de la Argentina debía al exterior 320 dólares en concepto de deuda externa. En 1976 el mundo vivía en la era de los petrodólares y los bancos internacionales ofrecían créditos cómodos a tasas bajas; las empresas privadas son alentadas a tomar créditos internacionales: comienza el gran endeudamiento del Estado argentino.

A partir de 1980 se produce un desvío en la economía mundial. El crédito se vuelve escaso y caro. Pero nuestro país no parece estar a tiempo de cambiar: sigue aumentando su deuda, apremiado por desequilibrios fiscales y comerciales.

En 1980 se inicia el fenómeno de convertir deuda internacional de empresas privadas en deuda del Estado: esas empresas habían tomado préstamos en el exterior y por imprevisión se encontraron de pronto en situación delicada; entonces el Estado salió al rescate. En cubrir las deudas de estas poderosas empresas privadas se nos fueron más de 7000 millones: Celulosa Argentina (1.500 millones), Cogasco (1.350), Autopistas Urbanas (950), Pérez Companc (910), Acíndar (650), Bridas ( 600), Banco de Italia (550), Alpargatas (470) y Techint (350 millones).

A fines de 1983, cuando los militares se fueron cada habitante pasó a deber US$ 1.500 (en otros términos: la deuda trepó de 8 mil a 45 mil millones.

¿En qué se fue el dinero?:

  1. Compra de armas (y pagar comisiones por la compra). Según estimaciones del Banco Mundial, se emplearon 10.000 millones.
  2. Cubrir deudas de empresas privadas. Esta conversión es inaugurada por el ministro Sigaut y seguida por los sucesivos ministros como Jorge Whebe, así como los directivos del Banco Central, incluyendo a Domingo Felipe Cavallo.

En 1992, el ministro Cavallo renegocia la deuda externa y logra ciertas postergaciones de las fechas de pagos y algunas deducciones de montos. Sin embargo, el endeudamiento sigue aumentando en forma vertiginosa, devorándose de paso lo que se pudo haber obtenido por las privatizaciones de empresas del Estado.

A fin del 2000 cada habitante debía 3.800 dólares en concepto de deuda externa, algo más que los 320 de 1975. Hoy, ¿cuánto deberemos?

“La hiperrecesión es funcional al modelo”

ENTREVISTA CON EL ECONOMISTA DE LA CTA CLAUDIO LOZANO

La Central de Trabajadores Argentinos (CTA) lanzó su Frente Nacional contra la Pobreza, una propuesta política y económica para superar el duro momento que atraviesa el país. Lozano explica cuales son los fundamentos de la propuesta, a partir de un de un diagnóstico descarnado de la realidad.

por Marcelo R. Pereyra


¿Cómo evalúa la situación económica actual?

Es evidente que el Gobierno ha aceptado las instrucciones que el banquero Escassany le dio dos meses atrás. Esto implica que se va hacia una privatización completa de los sistemas de salud y previsional, y hacia un desfinanciamiento del sistema de educación pública que va a incluir el arancelamiento universitario. Todo esto acompañado por una impunidad garantizada para el narcolavado y para todos los delincuentes financieros que se cobijan bajo esta convención.

¿Y la ley de Déficit Cero?

Cumplir estrictamente con esta ley llevará a una confiscación salarial del 42% acumulado para todo el último semestre del año. El objetivo de esta política económica es la hiperrecesión, por eso están acertados los que hablan de un genocidio por planificación de la desigualdad, porque en un contexto de recesión bajar la demanda significa aumentar más aún la recesión.

¿Por qué lo hacen?

Porque para el sector que tiene el mayor poder económico y financiero, donde están incluidos los grandes bancos, los dueños de los bonos de la deuda y una parte significativa de las empresas privatizadas, la hiperrecesión tiene sentido porque supone mayor desempleo y caída de salarios tanto públicos como privados. Buscan esto para consumar una suerte de devaluación al revés: en lugar de modificar el dólar, hacen que se caiga el salario con respecto al dólar. La recesión también les sirve por otra razón: la Argentina tiene una gran deuda externa, pero cuando crece la actividad económica también crece la deuda porque aumentan las importaciones y la masa de dinero que se gira al exterior por utilidades, patentes y fuga de capitales. Consecuentemente, dentro de este modelo, la Argentina para crecer necesita más deuda; por lo tanto, al no poder tomar más deuda, porque que la que tenemos ya es enorme, la única manera de mantener este esquema, y a sus privilegios y privilegiados, es que la economía quede estancada. A la larga, esto desembocará en la dolarización y el ingreso al ALCA.

¿Cómo llegamos a semejante situación?

Estamos viviendo la crisis de un orden que comenzó en 1976, que se consolidó durante el menemismo y que este gobierno mantiene. Crisis del orden significa que ya nadie acepta que sea natural ni lógico seguir bancando esta situación. Ellos pueden tener poder para hacer las cosas pero es un poder que no pueden legitimar. La crisis que atraviesa el neoliberalismo es que ya no puede explicar absolutamente nada de lo que hace.

¿Cómo se llegó a esta crisis?

Los neoliberales la explican diciendo que el problema es político, porque la política no sabe detentar autoridad. ¿Autoridad para qué? Para pegarles a los que protestan por la crisis social. Además, dicen, la política es muy cara, por lo tanto, bajo la excusa de reducir su costo, lo que quieren es profundizar una nueva estrategia de ajuste.

¿Cuál es la propuesta de la CTA?

Para nosotros es central frenar el ajuste apoyando los reclamos, salvar la democracia y organizarse para hacer una propuesta diferente. Como lo más importante es el reparto del ingreso nosotros proponemos: un seguro de empleo y formación, para todo jefe o jefa de hogar hoy desocupado de 380 pesos, extender las asignaciones familiares para toda la población menor de 18 años, y extender la cobertura previsional e incrementar el haber jubilatorio.

¿Cómo se financiaría todo esto?

Cobrándole impuestos a quien realmente se le debe cobrar y reasignando el gasto social.

¿Habría así crecimiento?

Por contrario a lo que sostiene el Gobierno, que cree que hay que bajarles los costos a las empresas para que luego haya crecimiento –cosa que quedó demostrado que no sirve para nada-, nosotros afirmamos que el crecimiento se logra poniendo más plata en el bolsillo de la gente, para que haya más demanda que implique mayor producción y así se genere más empleo. Esto se deberá combinar con una adecuada regulación de la operatoria de los capitales más concentrados y de las empresas privatizadas. En definitiva, cuando planteamos nuestra propuesta ponemos en marcha un debate acerca del orden social que queremos construir.

Siembra terror y cosecharás terror

LOS ATENTADOS DEL 11 DE SEPTIEMBRE DE 2001

Injustificables e irracionales, los atentados pueden explicarse como resultado del odio que muchos pueblos del mundo han venido acumulando contra los Estados Unidos desde hace mucho tiempo.

por Marcelo R. Pereyra


Uno

En 1953 Irán estaba gobernado por el sha Reza Pahlevi y por el Primer Ministro Mohamed Mossadeq. Mientras que la del sha era una figura decorativa, al estilo de las monarquías europeas, Mossadeq era un líder nacionalista, muy querido por el pueblo, que había sido elegido en elecciones libres. El Primer Ministro cometió un gravísimo pecado: nacionalizó el petróleo iraní que estaba en manos de una empresa inglesa.

También en 1953, asumió como presidente de los Estados Unidos el general Dwight Einsenhower. Una de sus primeras medidas fue la creación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), donde nombró a Allen Dulles como director. La primera operación que montó Dulles fue desestabilizar aMossadeq a pedido del gobierno inglés. La maniobra fue exitosa y la CIA colocó a Pahlevi como único gobernante con la suma del poder público. El sha, un verdadero monigote, fue un fiel aliado de los Estados Unidos, hasta que el pueblo iraní, harto de su monarquía absolutista y desilustrada, lo echó a patadas mediante la revolución que encabezó el ayatolá Khomeini.


Dos

En 1979, cuando el sha ya era historia, el presidente norteamericano James Carter planificó un golpe de estado en Irán para impedir que Khomeini asumiera el gobierno. Entonces, la CIA comenzó a enviar armas al ejército iraní a través de Israel; pero los militares que estaban en el complot fueron descubiertos y ejecutados. Entonces, las armas fueron desviadas hacia Nicaragua para pertrechar el ejército de contras que Estados Unidos había reclutado con la intención de abortar la experiencia revolucionaria sandinista. A esta noble tarea contribuyó, con acciones militares y de inteligencia, el narcogeneral Manuel Noriega, que, a la sazón, gobernaba Panamá gracias a un oportuno golpe de estado apoyado por la CIA, para la que trabajaba Noriega a pesar de que era conocida su actividad de traficante de drogas, en los tiempos en que era dirigida por George Bush, padre del actual presidente norteamericano. En 1983, una investigación del Senado de Estados Unidos determinó que los bancos de Panamá en los principales lavadores de narcodinero de América Latina. Un tiempo después, parece que Noriega se volvió algo independiente y el gobierno norteamericano decidió voltearlo, para lo cual invadió Panamá y puso en el poder a los banqueros narcolavadores.


Tres

Históricamente, los Estados Unidos corrieron a cualquier lugar del mundo donde hubiera una amenaza comunista para sofocarla. Por ejemplo: Corea y Vietnam, y en nuestra América Latina la experiencia democrática del socialismo chileno y la revolución cubana.

En 1973 la CIA creó eficientemente las condiciones necesarias para el golpe que, encabezado por Augusto Pinochet, derrocó, el 11 de septiembre a Salvador Allende. La larga noche de la dictadura pinochetista dejó un tendal de muertos y desaparecidos, pero en el Gran País del Norte suspiraron
aliviados.

Según investigaciones del Senado estadounidense, entre 1960 y 1965 la CIA tramó por lo menos ocho conspiraciones para asesinar a Fidel Castro. Además, la CIA orquestó la fracasada invasión en Bahía de los Cochinos y numerosas acciones terroristas, que incluyeron la voladura de un avión cubano de pasajeros en pleno vuelo, todo con la intención de desestabilizar a la naciente revolución que había logrado sacarse de encima al dictador Fulgencio Batista, un gran amigo de los Estados Unidos.


Cuatro

Al término de la Segunda Guerra Mundial, la Asamblea General de las Naciones Unidas dispuso la creación de los estados independientes de Palestina e Israel. Este último país proclamó su Estado en 1948 y al año siguiente comenzaron las guerras entre árabes e judíos en las que los segundos,
siempre apoyados por Estados Unidos, resultaron victoriosos. Con cada victoria Israel fue apoderándose de más territorios, lo que desencadenaba una nueva guerra; hasta que en 1971, la Resolución 242 de la ONU ordenó la retirada de Israel de los territorios ocupados. Estados Unidos siempre se opuso a esta medida, siempre vetó iniciativas similares en el Consejo de Seguridad, y siempre votó a favor de Israel en la Asamblea General. Después de 52 años, y gracias a los Estados Unidos, los palestinos no tienen un territorio libre y propio donde establecer su estado y vivir en paz.


Cinco

En toda la zona del Golfo Pérsico, las empresas norteamericanas controlaron siempre la producción de petróleo. Las inmensamente ricas monarquías de Arabia Saudita y Kuwait gobiernan con brutalidad a sus pueblos sumergidos en la pobreza, mientras invierten sus obscenas ganancias en su amigo, aliado y socio: Estados Unidos. Cuando Saddam Husseim quiso discutir ese liderazgo desencadenaron la Tormenta del Desierto que mató a 120.000 soldados iraquíes.


Ecuación Fatal

Uno + Dos + Tres + Cuatro + Cinco = 11 de Septiembre de 2001.

Por el camino de las armas

LA VUELTA DE SENDERO LUMINOSO

Más de 21 años después de haber iniciado la lucha armada, el Partido Comunista Peruano, popularmente conocido como Sendero Luminoso, pretende recuperar presencia realizando esporádicos pero espectaculares ataques contra la policía y el ejército.

por Hernán Leonardo Giardini


Los sobrevivientes del que alguna vez fue denominado “el grupo insurgente más letal del mundo” volvieron a escena cuando se creía que su fuerza había terminado tras la captura del gestor y jefe de la organización, Abimael Guzmán Reinoso, el 12 de septiembre de 1992.

Aparentemente la organización guerrillera, que propone la revolución popular basándose en los principios del marxismo – leninismo – maoísmo, y mundialmente conocida por su violenta metodología para alcanzarla, contaría con unas mil personas armadas entre sus filas y estaría reorganizándose rápidamente, volviendo a tener consenso entre el campesinado y la clase obrera peruana que constituyen gran parte de las 14 millones de personas bajo la línea de pobreza que (sobre)viven en el Perú.

El PCP maneja tres estrategias para la toma del poder: política, militar y de construcción del nuevo poder. Éstas se sustentan en planes que son estratégicamente centralizados por el Comité Central, pero descentralizados tácticamente, lo que significa que cada base aplica el plan como le convenga sin la intervención directa de la dirección central, sin requerir de una coordinación permanente.


Sendero Luminoso desarrolla cinco formas de lucha:

Primero, la agitación y propaganda, que es más intensa que la lucha militar y tiene que ver con el trabajo ideológico.

Segundo, el sabotaje, que es la manera como se atacan las instituciones del Estado y se golpea la propiedad de las grandes transnacionales, principalmente del imperialismo norteamericano. Siendo una guerra por el poder, Sendero tiene la necesidad de debilitar la estructura económica productiva del Estado.

Tercero, el aniquilamiento selectivo. Esta forma de lucha cumple la función de eliminar a los enemigos encubiertos en el seno del pueblo, así como militares, policías y funcionarios corruptos del Estado, “odiados por las masas”.

Cuarto, los combates guerrilleros, que incluyen emboscadas y asaltos a los centros militares del Estado con el doble objetivo de debilitar su fuerza y de adquirir armas.

Quinto, el paro armado. Como lo especifica el PCP, los paros armados son preparativos de las masas para la insurrección final en la conquista del poder. En esta acción se combina la lucha reivindicativa con la política.


Ésta es la propuesta del Partido Comunista Peruano – Sendero Luminoso:

- Demolición total del viejo aparato del Estado, incluidas sus Fuerzas Armadas.

- Liquidación y confiscación de los bienes imperialistas, principalmente norteamericanos, lo que incluye la deuda externa.

- Destrucción del capitalismo burocrático, tanto estatal como particular.

- Liquidación de la propiedad semi feudal y entrega de tierras a quien la trabaja.

- Respeto a la propiedad de la burguesía media.

- Instauración de la República Popular del Perú, dirigida por el proletariado en alianza con el campesinado y otras clases oprimidas.

- Culminar la formación de la nación peruana.

- Servir al desarrollo del proletariado peruano como parte de la clase obrera internacional.

- Defensa y respeto a todos los derechos de la clase obrera y demás clases oprimidas.

- Real igualdad para la mujer.

- Futuro mejor para la juventud; protección de la madre y niñez; respeto y apoyo a los ancianos.

Calles de cartón

MARGINALIDAD SOCIAL

Dentro de un contexto socioeconómico en donde las carencias aumentan, una fuerte tendencia toma cada vez más fuerza: gran cantidad de personas apenas subsisten de los residuos que encuentran al paso, en la vía pública. El fenómeno de los que juntan latas, diarios, cartones y demás, conforman una simbiosis en zonas caracterizadas por un alto poder adquisitivo.

por Javier Cacio


El nuevo siglo parece no haber traído una nueva vida. O más bien, una nueva “buena” vida. En los tiempos que nos detenta la Argentina de hoy, existen algunos hechos que están incorporados a nuestro andar cotidiano y solemos pasar por alto. Este andar de manera continua tiene como escenario las calles de la ciudad capital, terreno de confrontación permanente, pero no el único. Fundamentalmente la mención apunta hacia una toma fehaciente de conciencia de una realidad que, por el simple hecho de ser transitada desde un sentido común influenciado por tentaciones materiales de segundo orden, pasa sin importancia ante nuestras narices.

Sabido es que la miseria y la hambruna son factores consensuados dentro de los sistemas económicos de mercado, que relegan humana y moralmente cada vez más a grandes proporciones de individuos dentro de una sociedad. Evidentemente el dato apunta más allá del grado de desarrollo de esa gruesa capa de personas que tradicionalmente tuvo a su alcance medios suficientes para su progreso. Se está hablando de una pobreza que lamentablemente golpea y azota a seres humanos carentes de todo tipo de resguardo, y que se ven solitarios y marginados ante las adversidades de un mundo esquivo, donde los únicos caminos son los de la mínima subsistencia. Fundamentalmente son aquellas personas instaladas en las villas miserias, en su mayoría del Gran Buenos Aires, pero también en algunos asentamientos dentro del mismo perímetro metropolitano. Son personas acostumbradas a deambular por las calles nocturnas, cargando no sólo con el peso de lo que encuentran a su andar, sino con el de sus vidas y el de sus destinos. Son personas cuyos rostros muestran los surcos que el sufrimiento y la intemperie les ha ido dibujando con el paso de los años, inclusive en quienes aún no han alcanzado una edad adulta, y que, a pesar de esta rigidez, dejan traslucir una gran expresividad, cargados de gestos desaprensivos y expectantes, vigilantes y huidizos, melancólicos y risueños, desafiantes y acongojados...

Parece aún más terrible toda esta puesta en escena cuando el accionar de los más necesitados es precisamente en donde conviven los menos necesitados, o mejor dicho los más “encorsetados”. Si el calificativo es demasiado rudo, bienvenido sea, puesto que las miradas de las señoras de alta alcurnia se filtran como rayos láser sobre las víctimas, describiendo una antipatía y hasta una gran molestia por ensuciar el paisaje urbano cuando por ejemplo, un grupo de chicos untados en roña, rodea la entrada de sus lujosos edificios, o cuando se agolpan en las hamburgueserías esperando la hora en que se embolsan las sobras de comida...

En definitiva, en nuestra Argentina de hoy, en zonas de una opulencia material de otros mundos, podemos observar cómo se entretejen historias de gente que lucha en una competencia donde la supervivencia es el trofeo máximo. En cualquier esquina, al lado de cualquier árbol, a la hora en que las luces de la gran ciudad se encienden, nuevas historias comienzan a escribirse. Historias que pueden ser las mismas de todos los días, las de siempre, pero donde todas y cada una de ellas hablan por sí solas...

“Con salir unas tres veces por semana, me es suficiente. Además a esta edad, enferma, no puedo hacer más ”, expulsa Isabel con tono cansino pero vivaz, mientras acarrea un changuito repleto en su mayoría por diarios.

A pesar de sus 56 años y de una diabetes que la aqueja, Isabel camina unas tres horas por jornada. Su aspecto no guarda resabios de miseria, pero en su mirada y en su voz pueden intuirse una mezcla de sufrimiento y valentía. Su voz es suave y agradable y no se percibe ningún recelo al hablar. Su paso es lento pero firme y, sin importar las bajas temperaturas ni las lluvias, sus salidas son necesarias.

“Hace unos quince años que me mantengo de esta manera. Antes trabajaba en casas de familia, limpiando y también cuidando chicos...”

El mantenerse de esta manera significa básicamente conseguir lo mínimo indispensable para poder alimentarse a partir de los restos de comida y de poder vender los diarios, revistas, elementos de aluminio y otros que consigue en su andar.

“Lo más fácil de juntar son diarios, revistas y todo lo que tenga cartón. También algunas latas y restos de comida. Lo que para muchos no sirve, a mí me puede venir bien...”

Isabel es viuda y vive sola en un barrio carenciado de Boulogne, al norte del Gran Buenos Aires. Impacta el hecho de ser madre de siete hijos varones, con edades entre los 35 y los 24 años, de los cuales no quiso ahondar en detalles.

“Por cada kilo de papel de diario se paga ocho centavos, y por el kilo de aluminio, unos setenta centavos”, relata Isabel. A partir de este apunte, es visible que su rutina forma parte de una cadena cuyo otro eslabón está formado por quienes compran todos estos elementos que gente como Isabel recauda.

“Allá donde vivo, nos compran las fábricas que hay. De envases, de muebles, de velas. Son unos cuantos los que nos compran”.

Su ruta es casi siempre la misma: empieza a caminar por la avenida Federico Lacroze, desde la estación Colegiales del ferrocarril de la ex línea Mitre hasta que se entromete en un zig-zag por el barrio de Belgrano, sin ir más allá de la avenida Cabildo y su cruce con la calle La Pampa. Claro que este itinerario está supeditado a la cantidad de cosas que vaya juntando...

En la zona cada vez más personas como Isabel “patean” diariamente en busca de su supervivencia. Todas éstas provienen de localidades del noroeste de la provincia de Buenos Aires. San Andrés, Malaver, José León Suárez, en su mayoría. Tal es la cantidad que desde mediados del año 2000, la empresa concesionaria de la ex línea Mitre, en su ramal Retiro-José León Suárez, ha tenido que diagramar un servicio especial que parte de la estación José León Suárez a las 18.40 hs. hacia Retiro y circula sin detenerse en todas las estaciones. La vuelta se produce a las 23.15hs. Lo paradójico de este servicio es que a pesar de sentar su razón de ser en cuestiones de “higiene y seguridad”, no es exclusivo. Es decir, esta formación puede utilizarse por cualquier pasajero que así lo necesite y que no tenga inconvenientes en viajar entre medio de carretas cargadas con cosas recogidas en la calle. Este servicio “diferencial” transita diariamente, a excepción de los sábados y su costo es de 10.50 pesos por quincena, del cual nadie está exento.

Historias como la de Isabel pueden encontrarse a pocos metros una de otra, levantando la cabeza, siempre y cuando no se quiera hacer la “vista gorda”.

Historias como la de Fernando, de 23 años. Pelo largo y renegrido, buzo de gimnasia y pantalón de lona. Puede vérselo agachado, al pie de un árbol, inmiscuyéndose en la intimidad de algunas bolsas de desechos. Fernando es de los pocos que realizan su recorrido en bicicleta, lo que a las claras es una comodidad, pero a su vez una limitación en la capacidad de recolección.

Fernando proviene de un asentamiento carenciado, a unas ocho cuadras de la estación José León Suárez.

Este muchacho, de voz tímida y cabizbajo, cada día por medio carga su bicicleta en el tren y sale a juntar principalmente latas y aluminios. A diferencia de Isabel, Fernando recibe unos sesenta centavos por cada kilo de aluminio. Obviamente, el salir en bicicleta, si bien le resulta más cómodo, le imposibilita disponer de una gran cantidad de cosas a juntar.

“ Y..., más o menos por día hago entre dos y dos pesos con cincuenta. A veces tres o cuatro. Me alcanza para comprar leche y pañales”, dispara Fernando. La leche y los pañales son para sus dos hijos, Jessica de un año y medio y Javier, de tan sólo cuatro meses.

“A veces no me dan muchas ganas de juntar lo que otros tiran, pero lo necesito para mantener a mis hijos. Lo que pasa es que hace casi dos meses que no me sale ni una changa”. Fernando es albañil, y también hace trabajos de pintura y plomería junto a dos de sus siete hermanos, pero lamentablemente no dispone de una continuidad en estos rubros...

Diferente, pero parecida a Fernando es la historia de José, un muchacho de 29 años, quien se tiene que esforzar a sobremanera para empujar su carreta “arqueada” de tanto peso que ha depositado en ella. De hablar pausado y demasiado bajo para el tránsito que se escucha de fondo, José es por demás risueño. “Estas carretas, la verdad que son bárbaras. Les puedo cargar lo que quiera. Una vez me dieron una cocina, y también una heladera, y no tuve problemas”, afirma elocuentemente, mientras desarma una persiana de aluminio que encontró tirada en la esquina de Federico Lacroze y 11 de septiembre. Es que hace poco menos de un año que pudo comprarse su “herramienta de trabajo” y lo declara con orgullo. Por ella tuvo que desembolsar tanto como 50 pesos.

“Allá por donde vivo, son unos cuantos los que arman carretas de este tipo. Hay más grandes, pero valen como cien mangos. Hoy, una como ésta la podés conseguir por treinta”, asume afligido. Allá donde vive es nada más y nada menos que el barrio La Cárcova, a quince cuadras de la estación José León Suárez, las que camina con su carreta, luego del viaje en tren.

Para José una buena jornada significa poder obtener unos quince pesos por todo lo que junte, los cuales dice alcanzarle lo suficiente, por lo menos para poder comer y comprarse algo de ropa. Hace aproximadamente tres años que sale a juntar, desde que dejó de trabajar como barrendero en la localidad de San Martín, durante tres meses, lapso en que concluyó su contrato. Anteriormente trabajó en una empresa de recolección de basura, en Boulogne.

Al igual que muchos, José también realiza trabajos eventuales dentro del rubro albañilería, pero últimamente no han estado a la orden del día. “La última changa que me salió fue de albañilería. Por tirar toda una pared no hace mucho, me dieron sesenta pesos.”

Contrariamente a la soledad de sus salidas nocturnas, José vive en pareja, pero es él quien se ocupa del mantenimiento hogareño, ya que su compañera padece un tumor en la cabeza...

Una noche más va llegando a su fin para José, al igual que para muchos otros que se alistan rumbo a la estación, a la espera del tren que los lleve de regreso a sus casas. Una rutina que se repite casi todas las noches de sus vidas, dentro de una realidad que por cierto, atravesamos cada vez más de manera desinteresada. Este fenómeno que se acrecienta a medida que el tiempo transcurre, desnuda las falencias de todo un sistema cada vez más esquivo para con los más carenciados. Es simplemente un síntoma más de una grave enfermedad que acarreamos la mayoría de los pueblos: la falta de asistencialismo, que también puede interpretarse como falta de solidaridad, enmarcado por una gravísima distorsión de valores, dentro de una sociedad que presume estar organizada en un Estado, en donde quienes detentan el poder son los principales “distraídos”, pero que nadie puede quedar exceptuado de responsabilidad alguna.

La otra mirada: cineastas al pie de la barricada

GRUPO DE CINE INSURGENTE

Los integrantes del grupo están convencidos de que el cine puede ser un arma efectiva de contrainformación al servicio del pueblo. Creen que sirve para mostrar estéticamente una realidad que no se muestra o que se muestra de manera inconexa. Y que además permite generar acciones.

por Natalia Vinelli *


Toma 1

La cámara se agita; no se queda quieta. Baja a la altura de las rodillas y corre entre la gente. Recibe como todos, una andanada de perdigones policiales. Se escucha un “¡Vamos carajo!”; es el momento de la defensa con piedras y barricadas. La infantería avanza. “La gomera, la gomera!”, se oye de cerca. La cámara se detiene y jadea. Apostada ahora en una esquina, registra la resistencia de los que no tienen ni trabajo ni futuro.

No se ven caras, semejante exhibición sólo sirve para abultar las causas judiciales. En cambio muestra el coraje y el miedo, la impunidad del gatillo fácil.

La represión al corte de la ruta 3 en Isidro Casanova, fue dura. El corto, bautizado La resistencia, sirvió para el debate posterior entre las familias que pelearon aquella fría mañana del 14 de agosto de 1997, cuando se sumaron al paro en reclamo de trabajo y condiciones de vida dignas.

Todos en el barrio tiene una copia de ese “noticiero obrero” que construyeron colectivamente y que, como experiencia, sentó las bases para el nacimiento del grupo de Cine Insurgente.


Toma 2

Se reconocen en el Cine de las Bases de Raimundo Gleyzer y en los trabajos del cubano Santiago Álvarez, quien supo “contar en un fragmento de cinco minutos la guerra de Vietnam mucho mejor que toda la gran industria yanqui”. El concepto de “insurgencia mediática” del Subcomandante Marcos les dio el nombre.

El grupo de Cine Insurgente (Fernando Krichmar, Alejandra Guzzo y Agustín Fernández, entre otros) se formó en la lucha y se consolidó en 1998, durante la campaña contra el despotismo de Julio Mahárbiz (titular del Instituto de Cine y Artes Audiovisuales durante el gobierno de Carlos Menem) y el boicot al Festival de Cine de Mar del Plata.

“De esa situación salimos fortalecidos. Empezamos a montar Diablo, familia y propiedad y se núcleo un poco más de gente. La idea fue siempre la de hacer un gripo, que no es un tema menor. Porque por más que pareciera que el cine es un arte colectivo, en general es un montón de tipos cumpliendo el sueño de uno, con el agravante de que acá no hay guita alrededor. Entonces, empezamos a reflexionar acerca de una forma distinta de hacer cine”, explica Fernando Kirchmar, director del film que narra los crímenes del Ingenio Ledesma, en Jujuy.


Toma 3

El 27 de julio de 1976, cuarenta camiones con el logotipo de la empresa Ledesma irrumpieron el pueblo de Libertador General San Martín y secuestraron a más de 400 personas. El operativo, dirigido por las Fuerzas Armadas genocidas, siguió la lista que habían entregado los dueños del ingenio. Esa noche se conoció como “la noche del apagón”, Diablo, familia y propiedad narra esos hechos, los pone en contexto, los trae al presente. A partir de la leyenda del familiar, encarnadura simbólica de la explotación en el imperio del azúcar, la película recorre la historia de la lucha de clases en el norte argentino, desde las migraciones forzosas de los aborígenes a principio de siglo hasta los actuales cortes de ruta, pasando por el sindicalismo combativo y la lucha de las Madres de Plaza de Mayo.


Toma 4

“Vale más en mi opinión transmitir a 20 personas ideas claras que ideas confusas a millares. Pienso que el problema fundamental cuando hacemos un film es plantearnos a quién está destinado”, escribió Gleyzer hace unos cuantos años. Para Kirchmar, ese pasaje del autor de Los traidores es fundamental y mantiene absoluta vigencia. Por eso no es casualidad que Diablo, familia y propiedad termine con los cortes de ruta de Libertador General San Martín: “Esos fueron los únicos cortes donde se echó a la cana – sostiene –, y se la echó después de combates muy duros. Para nosotros eso era clave, porque estábamos podridos de los filmes de explotación del tema de los derechos humanos que terminan con una cosa llorosa, bajoneante; y que contrabandean la teoría de los dos demonios o el derrotismo. Queríamos hacer una película que terminara para arriba, no generando falsas ilusiones pero dejando en claro que la única forma de cambiar esto es con la lucha. Eso demostró Libertador, esa fue una victoria de la gente”.


Toma 5

Los integrantes del grupo están convencidos de que el cine puede ser un arma efectiva de contrainformación al servicio del pueblo. Creen que sirve para mostrar estéticamente una realidad que no se muestra o que se muestra de manera inconexa. Y que además permite generar acciones, como el apoyo humano a la marcha en memoria del apagón (el año pasado salieron para Jujuy “tres bondis llenos de gente”), o el escrache de H.I.J.O.S. a la Blaquier, dueña del imperio azucarero.

Diablo, familia y propiedad se estrenó en el cine Cosmos (una sala independiente pero comercial, ubicada en la Capital Federal) básicamente por finanzas. Se mantuvo cinco semanas. El día de la presentación la sala se desbordó de gente. Estuvo el Perro Santillán y la actividad tomó un perfil marcadamente político. Pero la película ya se había visto (y se la sigue viendo) en círculos estudiantiles y obreros del norte, en barrios de Buenos Aires, en sindicatos, y en facultades; siempre fomentando el debate y la participación.


Perspectivas

El grupo de Cine Insurgente sobrevive de forma absolutamente independiente, sin recibir subsidios de ningún tipo. En estos días concentra su atención en un nuevo documental: ¿Qué tu prefieres chico?, que espera ver la luz próximamente. ¿El tema? Dos barrios periféricos, uno de Cuba y otro de Argentina.

Así las cosas, las últimas palabras se las últimas palabras se las dejamos a Gleyzer: “En mi país es absolutamente imposible hacer un film al interior del sistema, pues existe una censura que actúa no sólo sobre los filmes políticos sino, sobre todo lo que toque las relaciones humanas. Por eso preferimos hacer filmes fuera del sistema y mostrarlos a pequeños grupos de gente. Que sean pequeños no tiene importancia”.


* Esta nota fue recibida por una cadena de e-mails. Contracultural decidió transcribirla en forma completa.

Trabajar por los chicos para que los chicos no trabajen

PRIMER ENCUENTRO REGIONAL SOBRE TRABAJO INFANTIL Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Bajo el lema “Trabajemos juntos para que los chicos no tengan que hacerlo” en Buenos Aires se realizó el pasado mes de agosto el Primer Encuentro Regional sobre Trabajo Infantil y Medios de Comunicación, organizado por la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (Conaeti) –dependiente del Ministerio de Trabajo– y auspiciado por entidades como UNICEF, la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN), la Asociación de Radiodifusoras Privadas Argentinas (ARPA), y el Nuevo Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, entre otras.

Por Silvina Paula Seijas



En el marco de la campaña de sensibilización y concientización que está llevando adelante la Conaeti en torno a la problemática del trabajo infantil, el encuentro tuvo como finalidad reflexionar acerca de la importancia de diseñar nuevas estrategias de comunicación que faciliten el contacto de la sociedad argentina con esta problemática, además de obtener una descripción del lugar que actualmente se le otorga a dicha temática en los medios de comunicación.

El Jefe de Gabinete del Ministerio de Trabajo, Guillermo Yanco, estuvo a cargo de la inauguración de la jornada, y privilegió el rol de los medios en la lucha por la erradicación del trabajo infantil, en especial, aquellos que se fundamentan en soportes dinámicos y versátiles, propios del siglo XXI. “De hecho, la Organización Internacional del Trabajo considera que Internet se ha convertido en una herramienta de gran ayuda para la difusión de aquellas medidas que se van implementando para erradicar este flagelo”, señaló. Precisamente, en adhesión a esa pauta, la Conaeti ha diseñado un sitio en la red de redes donde los interesados pueden informarse sobre esta problemática. La dirección es www.trabajo.gov.ar/institucional/trabajoinfantil/index.html. “La idea es fomentar la formación de un entramado social que retenga y contenga a los chicos en su ámbito natural, que es el de la escuela, el de sus amigos y el de sus juegos, no el del trabajo”, explicó Leandro Halperín, titular de la Conaeti.

Del panel participaron también tres periodistas de medios gráficos, que aportaron datos sobre la imagen que el cuarto poder construye sobre el tema del trabajo infantil. Cynthia Palacios, redactora del diario La Nación, señaló que “habitualmente, los medios tienden a tratar el tema por reacción y no por prevención. Se habla de trabajo infantil sólo cuando se dan a conocer cifras alarmantes: la prevención del trabajo infantil no suele estar en la agenda de los medios”. Fernando Pastor, del staff de la revista La Primera, consideró por su parte que “al no poner atención al tema, estamos creando niños que no tienen infancia, que ingresan en la adultez demasiado temprano”. En tercer lugar, Cristian Alarcón, periodista del diario Página/12, se plegó a la reflexión de Pastor, indicando que “los chicos sufren una pérdida de lo lúdico, al tiempo que se incrementa la violencia entre ellos”.

“El trabajo infantil no es tema de agenda porque los chicos no votan”, opinó Pastor. Alarcón, en tanto, recordó que “a los medios de comunicación también les llegó la flexibilización, al igual que al resto de las empresas, y los periodistas cada vez tienen menos tiempo para pensar, para investigar, y para producir. Como si fuera poco, con la competencia feroz que hay entre medios, y con el reinado de la televisión y del info-entretenimiento, los editores sólo quieren historias bonitas, y la problemática del trabajo infantil no suele encajar en esa matriz”.

En Argentina, más de 250 mil chicos trabajan en áreas rurales –en especial en las cosechas de plantaciones– y en zonas urbanas –donde la prostitución, la pornografía y el tráfico de drogas son las formas más peligrosas de trabajo infantil-. Según las estimaciones de UNICEF, esta cifra se cuadruplicará en los próximos años si la sociedad no implementa elementos que ayuden a luchar contra esta problemática. De los jóvenes de entre 13 y 17 años que trabajan en las grandes áreas urbanas, el 58.2 por ciento no asiste a clases, y probablemente nunca termine su educación secundaria.

En vistas a este panorama, la Conaeti ha planteado la necesidad de crear “espacios abiertos de discusión e intercambio, con el fin de aunar esfuerzos de todos los sectores de la sociedad para prevenir y erradicar progresivamente el trabajo infantil”. “En este sentido –plantearon las autoridades de la Conaeti–, los medios de comunicación, en tanto formadores de opinión, juegan un papel central, especialmente en la visualización y difusión de esta problemática, para que la misma comience a formar parte de la agenda pública”.

1 de septiembre de 2001

La patria contratista está vivita y coimeando

DE LA RÚA DENUNCIADO POR DEFRAUDACIÓN

Una investigación exclusiva de Contracultural revela que en el ámbito del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires pervive un red de corrupción insertada en la contratación de distintos servicios que prestan empresas amigas del poder. El perjuicio contra el erario público podría ascender a más de cien millones de pesos por año. En relación con este caso se presentaron dos denuncias penales contra Fernando de la Rúa, Adalberto Rodríguez Giavarini y Cecilia Felgueras, en sus calidad de ex funcionarios comunales.

por Marcelo R. Pereyra


LA TRANSPARENCIA BRILLA POR SU AUSENCIA

La corrupción estructural está lejos de desaparecer en la Argentina ¿Cuál es la razón de la persistencia de este karma nacional? Por un lado, los empresarios han naturalizado esta operatoria ilícita, es decir, no saben hacer negocios si no es coimeando. Por otro, los políticos toman el poder esperando obtener beneficios dinerarios que tienen dos destinos: el enriquecimiento personal y la recaudación de fondos para seguir haciendo política.

La Alianza hizo de la transparencia su bandera más preciada, pero su administración no sólo no combatió a los corruptos, sino que se involucró con ellos en oscuros negocios. Por ejemplo: acaba de confirmarse el procesamiento de Angel Tonietto, ex interventor del PAMI y cuñado de la ex ministra de Desarrollo Social, Graciela Guardiola –ex Fernández Meijide-, acusado de favorecer a un geriátrico propiedad de su esposa, a la sazón hermana de doña Graciela. Además de procesarlo por el delito de negociaciones incompatibles con la función pública y tentativa de fraude al Estado, la Sala I de la Cámara Federal porteña embargó a Tonietto por 30.000 pesos y lo puso en la antesala del juicio oral y público.

Ahora, la investigación de Contracultural saca a la luz una serie de irregularidades en las licitaciones y en las prestaciones de servicios contratados por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a partir de la asunción de De la Rúa, en 1996. Quiénes, cómo y porqué denunciaron estos ilícitos, y qué paso con las investigaciones judiciales, es lo que se relata a continuación.


COSAS VEREDES FERNANDO QUE NON CREDERES

El presidente De la Rúa podría sumar un problema más a los tantos que lo desvelan por estos días. El 28 de junio pasado, el empresario Fernando Di Matteo presentó una denuncia en su contra por irregularidades en las concesiones para el mantenimiento y limpieza de los hospitales porteños, que se estarían produciendo desde que De la Rúa era Jefe de Gobierno de la ciudad. La causa se tramita en el Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción 34, Secretaría 117, a cargo del juez Federico Salvá, lleva el número 58.959/01, y está caratulada: “DE LA RÚA, Fernando...sobre defraudación por administración fraudulenta.”

Di Matteo se basó para su denuncia en un dictamen que la Auditoria General de la Ciudad de Buenos Aires, que preside Jorge Brusca, elevó el 5 de marzo del corriente año a la Licenciada Cecilia Felgueras en su calidad de titular de la Legislatura. El dictamen destaca que: “La prestación del servicio de limpieza carece de la selección previa del contratante”, de lo que se deduce que la adjudicación se hizo a dedo. Además, los auditores encontraron que, en muchos casos, las concesiones estaban vencidas, y que “no constan” las facturas que las empresas deberían haber presentado a la administración porteña para su cobro.

Pero hay una situación más grave aún que se denuncia, y que también fue constatada por la Auditoria: al asumir De la Rúa el gobierno de la ciudad impulsó una renegociación con las empresas que, en ese momento, detentaban la concesión de los servicios cuestionados. Se llegó a un acuerdo según el cual las empresas rebajaban su facturación en dos millones de pesos, lo cual sería magnífico si no fuera porque los auditores detectaron que la rebaja nunca se concretó. En otras palabras, en los nuevos contratos figuraba que la administración porteña iba a pagar menos, pero en realidad siguió pagando el precio anterior. Si esto es así, ¿quién se habrá quedado con la diferencia?


PIDEN PAN, NO LES DAN

No es ésta la primera vez que un particular le imputa delitos a De la Rúa en su desempeño como jefe comunal. El 21 de enero de 1999 otro empresario, José Luis Orrico, radicó una querella criminal en el Juzgado Criminal y Correccional Federal 12 que fue caratulada: “Jefe de Gobierno, Secretario de Hacienda y Secretario de Promoción Social, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sobre defraudación contra la administración pública, incumplimiento y violación de los deberes de funcionario público y prevaricato (Art.249 del Código Penal)”. Del juzgado federal, la causa pasó al Criminal de Instrucción 30, a cargo por ese entonces del juez Irimia, con el número 20.083/99. En esta oportunidad se denunciaba el pago de sobreprecios a las empresas que proveen el servicio de alimentación para las escuelas, los hospitales y los hogares de ancianos que dependen de la comuna porteña, la cual tiene un presupuesto anual de cien millones de pesos para este rubro.

En el caso de las escuelas, el gobierno bendijo a ciertos concesionarios con un incremento de setenta centavos por alumno (el precio pasó de 1,50 a 2,20 pesos por almuerzo). Teniendo en cuenta que la ciudad alimenta a 300.000 chicos por día, el aumento implica un gasto extra de 210.000 pesos diarios, que multiplicados por 180 días de clase determinan una elevación del presupuesto en cuarenta millones anuales. Pero hay más aún. Según el informe 99/00 de la Auditoria, el 21% de los alumnos está sobre facturado ¿Qué quiere decir esto? Que a pesar de que diariamente faltan muchos alumnos a clase, el gobierno de la ciudad le paga a las empresas de catering como si la totalidad de los chicos tuvieran asistencia perfecta todo el año. Este 21% representa nada menos que 60.000 almuerzos diarios que se pagan de más, y a $2,20 cada uno el perjuicio es de 120.000 pesos por día, o más de veinte millones al año. Así, sumando los sobreprecios con la sobrefacturación más de sesenta millones por año desaparecen por este verdadero agujero negro

En los hogares para ancianos carenciados, como el Rawson y el San Martín, y en los hospitales se verificarían situaciones de semejante ilicitud, pero la denuncia agrega otras irregularidades cometidas por los concesionarios del catering que las autoridades no han advertido, en el mejor de los casos, o que han permitido, en el peor. Por ejemplo: contar con una cantidad de empleados menor a la estipulada en el contrato, no elaborar las comidas con buena mercadería, y no pagar seguros ni impuestos.


LA JUSTICIA TE DA SORPRESAS

La tramitación de la causa que se abrió a partir de la denuncia de Orrico no ha tenido, hasta ahora, resultados concretos. La primera fiscal que intervino, María Paula Azaro, dictaminó rápidamente, antes de que el querellante aportara todas sus pruebas, que se trataba de actos propios de la administración y que no había delito alguno. La Cámara Criminal y Correccional de la Capital Federal consideró que Azaro incurrió en prejuzgamiento y la apartó de la causa.

Luego, poco antes de las elecciones de 1999, el querellante solicitó al juez la declaración indagatoria –es decir como imputado- de De la Rúa. El magistrado le contestó que no podía expedirse al respecto porque el expediente estaba “a estudio” de la nueva fiscal, Mariana García. Orrico apeló nuevamente a la Cámara para que ésta le ordenara al juez un pronto despacho. Cuando por fin el expediente volvió al juzgado, el abogado de Orrico pudo comprobar, no sin amargura, dos cosas: la primera fue que mientras que para él el expediente nunca estaba, se le había permitido a la Auditoria de la Ciudad –que no había acreditado su personería en la causa- llevárselo a su sede para estudiarlo, cosa que no está permitida; la segunda, y mucho más grave, que la fiscal se había tomado “la libertad” de destruir diez cuerpos del expediente. De inmediato la parte querellante denunció a García por destrucción de medios de prueba y encubrimiento; en este último caso por que la fiscal solicitó el sobreseimiento de los principales imputados: Fernando De la Rúa, Adalberto Rodríguez Giavarini y Cecilia Felgueras. La Cámara también desplazó a García.

El tiempo siguió transcurriendo y a mediados del 2000 el juez Irimia fue nombrado funcionario en la Secretaría de Seguridad –que depende del Ministerio del Interior- cuyo titular es Enrique Mathov, ex Secretario de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires durante la gestión de De la Rúa. Para acceder a esta nueva función, en la que debía asesorar en los casos de toma de rehenes, Irimia solicitó a la Cámara licencia por un año. Como ésta se la negó, recurrió a la Corte Suprema que le dio el visto bueno y, como bonus track, le permitió retener su cargo judicial

Así las cosas, hacia fines del año pasado –y luego de varios cambios de juez- la parte querellante aportó nuevas pruebas que llevaron a la Cámara a ordenar la declaración indagatoria de la que ahora ya era Vicejefa de Gobierno, Cecilia Felgueras. La ex Secretaria de Promoción Social tenía que explicar porqué había contratado servicios en forma directa por montos que excedían lo reglamentario para esa modalidad de contratación. Felgueras fue indagada y posteriormente se le dictó la falta de mérito, lo que significa que el juez no encontró elementos suficientes ni para procesarla ni para sobreseerla. Orrico apeló esta resolución. Hasta el momento la Cámara no se expidió al respecto.

Resumiendo: a dos años y medio de iniciada esta causa, luego de varios cambios de jueces y fiscales, de la destrucción de diez cuerpos del expediente y de una sola declaración indagatoria, no hay indicios que permitanavizorar un final cercano. A la morosidad propia de la burocracia judicial parece haberse sumado un manejo poco transparente de la cuestión.


LA MANO INVISIBLE

Los querellantes de estas causas sospechan que alguna mano invisible está operando para que no se termine de esclarecer los ilícitos denunciados. Esta sospecha ya había comenzado a germinar cuando en noviembre de 1998 un grupo de empresas de catering, que ya por ese entonces se sentían perjudicadas por las nuevas licitaciones no del todo claras de De la Rúa, se propuso publicar solicitadas para denunciar las irregularidades. Clarín, La Nación y Página/12 se negaron a publicarlas sin dar mayores explicaciones. El grupo estaba integrado entre otras empresas por Orrico S.A., Menú S.A., Integral de Gastronomía y Di Matteo SRL. Todas eran concesionarias desde hacía mucho tiempo de la ex Municipalidad de Buenos Aires, pero a partir de la llegada de De la Rúa perdieron sus concesiones y no pudieron volver a ganar ninguna licitación. Pero también ocurrió que el Banco de la Ciudad les negó nuevos créditos y les retuvo los pagos por los servicios que se les adeudaban. Por lógica consecuencia quebraron o están en convocatoria de acreedores, por eso estos empresarios sospechan que todas estas maniobras y el lento y oscuro accionar de algunos sectores de la justicia, conformaron una suerte de confabulación destinada a sacarlos del negocio, para favorecer a otros empresarios amigos del poder.

Pero además, los empresarios desplazados sostienen que se ha repetido este modus operandi mafioso en otros procesos licitatorios destinados a concesionar el mantenimiento de parques y escuelas, la reparación de las veredas y las obras de hidráulica. Lo preocupante del caso es que, otra vez, los dictámenes de la Auditoria les dan la razón. Es por eso que esta investigación -que es la primera que hace públicos estos hechos-, lamentablemente, continuará...

"El verdadero presidente es Eduardo Escasany"

REPORTAJE A LUIS D'ELÍA, LÍDER DE LOS PIQUETEROS

El Congreso que organizó al movimiento piquetero es uno de los datos políticos fundamentales de las últimas semanas. Contracultural dialogó con su jefe acerca del origen de este movimiento, y su estrategia política presente y futura.

por Marcelo R. Pereyra



Hay un dato que permite imaginar la dimensión nacional e internacional que, en las últimas semanas, ha adquirido el movimiento piquetero: en la Capital Federal hay unos 200 equipos técnicos para ser alquilados principalmente a la prensa extranjera; el día anterior a la primera jornada nacional de protesta piquetera no quedó disponible ninguno. Evidentemente, el congreso de La Matanza le dio un carácter más orgánico a la protesta de los desocupados, y fue el punto de partida de su organización en el ámbito nacional. Para D’Elía, “ese congreso fue un salto cuali u cuantitativo en nuestra organización. Allí encontramos puntos en común; por ejemplo, que el verdadero presidente de la Nación es Eduardo Escasany, y que los principales males de nuestro país son la fenomenal deuda externa y la fenomenal concentración de la riqueza. Nos dimos cuenta de que habíamos impactado sobre el eje de la discusión más profunda que atraviesa el continente, que tiene que ver con el intento de imposición del ALCA, y con la militarización que, a través del Plan Colombia, abre paso a esa estrategia. Sentimos que los piqueteros coincidimos con los globofóbicos de Génova porque cuestionamos, desde otro lugar, las mismas cosas".

El piquete actual, heredero de las más combativas tradiciones sindicales, está cruzado con las prácticas de los tomadores de tierras. “El 90% de los piqueteros, dice D’Elia, somos habitantes de los asentamientos o villas, y antes de ser piqueteros fuimos tomadores de tierras. Compartimos con el Movimiento De Los Sin Tierra de Brasil los tres ejes: ocupar, resistir y producir”.

- ¿Cómo es un piquete?

- El piquete es un gran grupo de auto ayuda. En los barrios no hay un mango, no hay comida, no tenemos plata para enterrar a nuestros muertos, muertos que son producto de un genocidio planificado. Pero además en los barrios los compañeros están muy solos, por eso el piquete sirve para interactuar, para compartir el alimento, la alegría. En los piquetes vuelve la vida, por eso a veces es difícil levantarlos y volver a casa, porque es volver a la soledad.

- ¿El piquete es un acto de violencia?

- Hay una campaña feroz para asociarnos con el terror y la violencia cuyo objetivo político es impedir que la clase media se sume a las demandas de los piqueteros. La campaña intenta crear pánico en la clase media, sin embargo la multisectorialidad de la protesta es un hecho. Está empezando a construirse con mucha fuerza la resistencia civil contra los ajustadores y la represión. Apostamos a recrear nuevos colectivos que suponen una nueva ética popular opuesta a la del neoliberalismo. Hemos recuperado la capacidad de hacer las cosas juntos, hemos recuperado el sentido profundo de unidad popular, y ahora le decimos a la clase media que, si se anima, le vamos a asestar al modelo un durísimo golpe.

- ¿En su estrategia están incluidas las prácticas electorales?

- El campo de la política no se restringe solo a lo partidario. Estamos constituyendo el Frente Nacional contra la Pobreza que pone el eje en la cuestión central: la distribución de la pobreza. Pero la atomización del campo popular es una desgracia, por eso hay que hacer un esfuerzo para no regalarles la cancha a los conservadores, y para que el pueblo pueda tener una herramienta electoral unificada para encontrar también en ese marco una salida. Hay que profundizar la democracia, la política y la económica.

- ¿De quién se siente más cerca, del Movimiento Teresa Rodríguez o del ARI?

- Depende. De alguna gente del Teresa Rodríguez me siento muy cerca, pero con otra, que hace acciones que son funcionales al Ministerio del Interior, tengo mis prevenciones; porque hay que hacer acciones para sumar a los sectores medios, y no para ponérselos en contra. No podremos desarrollar algo nuevo sino hay alianza entre los excluidos y la clase media. Hay que seguir el ejemplo del PT brasileño.

- ¿Entonces le importa la legalidad?

- Si, tenemos que ganar legalidad y legitimidad institucional; hay que tener fortaleza estructural y cuando todo esto se logre podremos cambiar el orden social.

- ¿Pero el sistema lo permitirá?

- Va a haber tensiones, no sólo aquí sino en todo el subcontinente. Lula va a ganar en Brasil, Chávez se consolida, en Uruguay y Paraguay crecen los movimientos sociales. Vamos a ver como cierra en medio de una crisis que también afecta al imperio.

- ¿Cómo ve el futuro social en la Argentina?

- Hay un crescendo en lo social que tiene que ver con una mayor conciencia en todos nosotros. Vamos hacia una unidad muy fuerte. Podremos construir un nuevo orden social, en tanto y en cuanto podamos recrear el movimiento popular en la Argentina, por eso cantamos en los piquetes esa canción de La Mosca que dice: “Habrá que ir juntando pedacitos / armando despacito un sueño pa’ soñar / la primavera será para cualquiera / y pobre del que quiera robarnos la ilusión”.

Veinticinco años igual

EL DISCURSO ÚNICO EN LA ECONOMÍA

A partir del 24 de marzo de 1976 se implementó un plan económico que, con ligeras variantes, es el mismo que rige en la actualidad. Es un plan que benefició a unos pocos, pero que para el país ha significado un fracaso absoluto. Lamentablemente, los poderosos y sus gerentes de turno han sido muy hábiles para convencer a muchos argentinos de que este es el único camino posible, lo cual es una mentira gigantesca. Las cosas se pueden hacer de otra manera. Solamente hay que animarse.

por Marcelo R. Pereyra


UN CHISTE QUE NO ES CHISTE

Se encuentran dos amigos, y comentando la situación general uno le dice al otro:

-¿Viste?, estamos igual que hace cinco años.

-¿Porqué?

-Porque Cavallo es todavía el ministro de Economía, porque la Alianza está en la oposición, y porque Carlitos sigue de joda en la quinta.

Las tres afirmaciones que contiene este chiste son desgraciadamente ciertas. Primero, porque, aun en su calidad de procesado, el ex presidente Menem sigue gozando de privilegios exclusivos; segundo, porque muchos líderes aliancistas son los principales críticos –por lo menos de palabra- del presidente que ellos mismos designaron; y tercero, y más grave, porque para nuestro pesar el Mingo agarró una vez más la manija económica.

Analicemos este último punto. ¿Qué significa que Cavallo haya sido funcionario económico de la dictadura y de dos de los tres gobiernos democráticos posteriores? La respuesta es casi obvia: la política económica argentina es la misma desde hace veinticinco años.


LA HISTORIA NO OFICIAL

Todo empezó aquel fatídico 24 de marzo de 1976, cuando la junta militar trató de justificar su sedición proclamando que “agotadas todas las instancias del mecanismo constitucional (...) llega a su término una situación que agravia a la Nación y compromete su futuro”. Pero, en realidad, con la excusa de combatir la violencia social, y pretextando un vacío de poder, los militares fueron el instrumento idóneo para sentar las bases de una nueva estructura económica basada ya no en el desarrollo industrial independiente, sino en la especulación financiera.

Es que a partir de la crisis del petróleo de 1973-1974, y el final subsiguiente de la etapa del capitalismo que alegremente se dio en llamar Estado de Bienestar, la división internacional del trabajo destinó a la Argentina el rol de casino financiero, donde los capitales “golondrina” eran la banca, y los argentinos los puntos. Por eso, cuando gracias a la tablita del dólar y la timba financiera las empresas nacionales comenzaron a quebrar una tras otra, un funcionario del equipo económico que lideró José Martínez de Hoz declaró: “Para la Argentina es lo mismo fabricar acero que caramelos”. Curiosa ironía del destino: las dos empresas argentinas que hoy están mejor posicionadas internacionalmente fabrican acero (Techint) y golosinas (Arcor).

Con la dictadura comenzó en nuestro país una nueva forma de acumulación de ganancias en el sistema capitalista. Argentina debió volver a su primigenio rol de productor de alimentos. Mientras tanto, la indiscriminada apertura hacia otros mercados hundió a la industria nacional. Fueron los tiempos de la plata dulce y el “deme dos”. Pero para que toda la operación cerrara, y para que el futuro independiente de la Nación quedara hipotecado para siempre faltaba el golpe maestro: la nacionalización de la deuda externa que motorizó Cavallo desde el Banco Central.


LOS GERENTES

Unos años después, en 1989, el presidente Alfonsín intentó, tímidamente, negociar una suspensión del pago de los intereses de la deuda. Los representantes del poder económico transnacional se pusieron nerviosos y le asestaron un mazazo de mercado. En el marasmo de la crisis hiperinflacionaria que se desató el ministro de Economía, Juan Carlos Pugliese, convocó a su despacho a los caciques financieros para intentar una tregua. Fue inútil. “Les hablé con el corazón, y me respondieron con el bolsillo”, fue la amarga queja del ingenuo Pugliese.

Era la hora de continuar y profundizar la obra iniciada durante la dictadura, y Carlos Menem era el hombre indicado. El nuevo presidente hizo realidad aquello con que se venía machacando desde Alsogaray, y sus voceros mediáticos, en adelante:”Achicar el Estado es agrandar la Nación”. Y vaya si Menem lo achicó; en verdad, mas que achicarlo lo destrozó, quitándole el necesario papel de regulador e impulsor de la economía, porque la famosa “mano invisible” que regula los mercados, se convirtió en una garra que asfixió sin piedad a toda la actividad productiva nacional.

La rebaja de los aportes patronales y la creación de las AFJP, obras que también debemos agradecerle a Cavallo, derivaron al sector privado más de 14.000 millones de pesos. Hoy el gobierno tiene que pedirles plata prestada a los bancos que controlan a las AFJP con intereses que son usurarios.

Después de diez años de menemismo-neoliberalismo se duplicó al desocupación (7.1% en 1989, 14.5% en 1999), aumentaron la pobreza y la concentración económica, y la deuda externa pasó de 60.000 a 144.197 millones de dólares.


EL DÉFICIT CERO ES UNA MENTIRA

El gobierno de la Alianza también continúa y profundiza, aún más, la política económica en curso. Las rebajas de salarios, la corrupta Ley Reforma laboral, el blindaje y el mega canje de los bonos de la deuda no sirvieron para nada. Es decir, no le sirvieron a la gente. Simplemente fueron engaños, hábilmente disfrazados, vendidos como únicas medidas para paliar la crisis provocada por todas las medidas previas.

Y así llegamos a este último ajuste justificado en la gran mentira cavallista del déficit cero, porque Argentina no tiene déficit fiscal sino superávit, si no se cuentan los 11.000 millones de dólares que pagamos por los intereses de la deuda externa. Este ajuste es el peor desde el rodrigazo perpetrado en otoño de 1975. Traerá más recesión y creará por lo tanto la falsa necesidad de un nuevo ajuste, y así seguiremos...¿hasta cuando?


UN FINAL QUE NO ES FINAL

La política económica que, con ligeras variantes, se viene aplicando desde hace veinticinco años ha producido:

  • 16.4% de desocupación y otro tanto de subocupación.
  • abrupta caída de las exportaciones.
  • recesión y descenso del salario real.
  • marginación y pobreza.
  • 900 empresas quebradas o transnacionalizadas.

O sea, hace veinticinco años que:

  • vamos de ajuste en ajuste.
  • nos dicen que es el único camino (y de hecho nadie ha intentado otro).

Y si hace veinticinco años que haciendo lo mismo nos va tan mal, ¿porqué no cambiar? Hay que forzar la búsqueda de otros caminos, hay que empezar a prestarles atención a los que honestamente proponen otras alternativas. No hay que tragarse mas las amenazas y los chantajes de los que vaticinan el caos total si hay un mínimo cambio de rumbo. Hay que animarse a probar otra cosa, porque durante veinticinco años los gobernantes, los políticos y sus comunicadores asociados nos han mentido sistemáticamente. Otra Argentina es posible.